Ella siempre quiso tener un jardín, pero como vive en un departamento eso no es posible.
En su búsqueda un día vio en una tienda virtual un terrario y le sirvió de inspiración para fabricar uno propio. Su departamento es muy pequeño por lo que no podía utilizar grandes vasijas o frascos, sólo ideas que pudieran ser contenidas en pequeños contenedores.
El resultado fue tan bueno que su novio le dijo que la gente realmente estaría feliz de tener estos hermosos terrarios en su casa. Y en sus ratos libres comenzó a fabricar más para venderlos en su tienda virtual.
Así fue como se le ocurrió la idea de vaciar la parte interior de las ampolletas de la luz y ponerse a plantar cosas adentro. Trabajó principalmente con muchas clases de musgo y pequeñas plantas que fue introduciendo con sumo cuidado. Buscó en diferentes viveros pequeñas especies que se adecuaran a su proyecto.
Su sueño sería venderlos en todo el mundo, pero existen leyes que prohíben enviar elementos naturales u orgánicos a través de las fronteras.
Por ahora está feliz con el reconocimiento de sus amigos, clientes y las felicitaciones que recibe en su tienda virtual.
Es que el trabajo de Iris es muy especial, lleno de belleza en su tremenda simpleza.
