Hitler ingería regularmente hasta 28 drogas, incluyendo píldoras “antigases" hechas a base de estricnina, un veneno que le provocaba dolencias en el hígado y el estómago.
Theodore Morrell, uno de sus médicos, informó que el excéntrico Mein Kampf recibía inyecciones de extracto de vesículas seminales, testículos y próstata de toros jóvenes.
Este médico también creía que a pesar de que Hitler no sentía una fuerte inclinación por la actividad sexual, sí mantenía relaciones con Eva Braun, aunque acostumbraban dormir en camas separadas".