Charles Darwin escribió en 1871 sobre su admiración por el saltarín relámpago o saltarín alitorcido, Machaeropterus deliciosus. Esta ave, que vive sólo en los bosques nublados del suroeste de Colombia y el noroeste de Ecuador, tiene atributos únicos. Para atraer a las hembras, los machos producen sonidos con sus alas, un fenómeno que ha fascinado a los naturalistas durante décadas. el ave golpea sus alas 107 veces por segundo. Una de las plumas, con una punta doblada a 45 grados, golpea otra con siete canales o marcas, produciendo sonidos simalares el punteo en los instrumentos de cuerda. "Ninguna especie ha llegado al extremo del saltarín relámpago, que ha modificado sus plumas, músculos y huesos y creado formas notables de producir sonido".